
LAS VELAS DE CERA DE MIEL DE ABEJA ¿DE DÓNDE PROCEDEN?
La cera virgen natural de abeja con la cual se forman las velas artesanales, procede del panal de colmenas sitas en diferentes parajes naturales.
Las abejas obreras jóvenes a través de sus glándulas ceríferas, segregan cera liquida de color níveo diluida en un componente volátil, que al evaporarse origina los pedazos de cera tal y como la observamos en la colmena, la cual modelan las abejas lentamente. De los espacios interanulares del abdomen de la abeja, salen escamas puras de cera elaboradas que transportan hasta la mandíbula mediante sus patas posteriores, para salivarlas, masticarlas, añadir porciones de polen y propóleo, y en definitiva hacerla más maleable y poder iniciar la construcción del panal.
Para que las ceras puras sean elaboradas por las abejas, es preciso se den varios factores fundamentales:
• Que exista una gran población de abejas obreras jóvenes.
• Que la temperatura en la colmena oscile entre 32 y 36 º.
• Que en la colmena se acumule gran cantidad de polen y miel (por cada kg de cera son precisos al menos 12 kg de miel).
Ya en las instalaciones de extracción, se realiza un meticuloso procedimiento de centrifugado del panal de miel previamente desoperculado (eliminación de los sellos céreos que cubren las celdas de miel), para tras un posterior proceso de calentamiento y eliminación de restos e impurezas, conseguir finalmente la cera de mayor calidad de la colmena, la cera de “opérculo”.
LAS VELAS DE CERA DE ABEJA, ETIMOLOGÍA E HISTORIA:
El término “cera” proviene del latín del mismo nombre y por ende, del griego “kerós”. En cuanto a la palabra “vela”, tiene su origen en el vocablo latino “vigil” (guardián nocturno), relacionado con el verbo “vigere” (estar en plenitud de fuerzas).
Además de la fabricación de velas artesanales puras con mecha tradicional, la cera natural ha tenido múltiples usos a lo largo de la historia (creación de láminas rígidas para escritura, encerar maderas, papel, telas y cuero, conservante e impermeabilizante, producción de piezas decorativas, aislante, elaboración de velas perfumadas de excelso aroma, fabricación de munición, composición de productos de cosmética y otros complementos artesanales naturales).
Los romanos usaban ceras de abeja elaboradas para sus pinturas tal y como lo relata Plinio el Viejo (siglo I). En Egipto la usaban como uno de los complementos para confeccionar máscaras, retratos y efigies decorativas, y a modo de láminas (tablillas) para escribir.
En el Medievo producían pasta para confeccionar sellos (llegando a ser incluso objeto de regalo para reyes), cirios que se embellecían con escudos de armas, efigies de cera decorativas para ritos posfunerarios y para usar en rituales de exorcismos. A partir del Renacimiento se utilizó en la especialidad artística de la ceroplástica, en la fundición para construir moldes de calidad superior y para producir velas decorativas.
Encender la mecha de velas y lámparas ha sido considerado de tiempos muy antiguos, una prueba exterior de alegría, de respeto hacia personas distinguidas y de acompañamiento en ritos religiosos. En este ámbito se cree comenzó su uso, a raíz de las reuniones clandestinas habidas en lugares lúgubres, para lo cual precisaban por necesidad el uso de velas (convirtiéndose posteriormente en un producto de ornamento).
A mediados del siglo XVIII se comenzaron a fabricar a base de parafina, sustancias perfumadas, aceites animales hidrogenados u otros materiales grasos, ácido esteárico y en ocasiones cera de abejas.
La forma más antigua para fabricar velas naturales de cera de abeja, consiste en la suspensión de la vela en un recipiente donde se aloja cera (o grasa) congelada. Se quita la vela del recipiente y se espera hasta que se derrita al calentarse. Se repite este proceso varias veces hasta obtener el grosor buscado y en algunos casos, se aportan sustancias naturales para proporcionar aroma. Hoy día, la mayor parte de las mismas se fabrican mediante moldes y maquinaria en fábricas, y a nivel artesanal con láminas de cera estirada.
En la era industrial se utilizó para modelar las figuras de los museos de cera y ya en la era moderna, ha avanzado su uso como ingrediente en muchos productos de cosmética natural, esencialmente cremas corporales.
CONSEJOS DE USO:
Las velas artesanales de cera pura de abeja detentan virtudes únicas, de tal modo que si deseamos conservar todos los atributos físicos y energéticos que poseen, simplemente deberemos utilizarlas con cariño, siendo conscientes que emanan una energía positiva propia de un producto natural no manipulado, el cual mantiene la esencia de la cera de origen en la colmena.
EPOCA DE PRODUCCIÓN: Primavera a otoño.
COLOR: Níveo amarillento a ocres de tonalidades variadas.
AROMA: Extraordinario aroma floral persistente.
PECULIARIDADES: Velas de cera virgen pura sin añadidos.
CONSERVACIÓN: Mantener en lugar seco, semioscuro y fresco.
FUENTE: ARTESANOS DE LA MIEL
Circe, Las Brujas y el Reflejo de su Centurión